Peter Eigen: intrépido desde los 13 años, ha cambiado la mentalidad del mundo sobre la corrupción

Artículo Original: Peter Eigen: fearless since 13, he’s changed the world’s mindset about corruption

La corrupción fue durante mucho tiempo un tema tabú. Los sobornos en algunos países eran deducibles de impuestos. Esa mentalidad cambió cuando Peter, habiendo visto el daño incalculable que estaba causando, especialmente en su trabajo anterior en desarrollo, fundó y construyó Transparencia Internacional.

Transparency construyó capítulos en casi todos los países. Atrajo al gobierno comprometido, el sector ciudadano y las empresas. Encendió un foco gigante. Sus encuestas periódicas sobre los niveles percibidos de corrupción en cada país y luego su clasificación de países desde los menos corruptos hasta los más corruptos atraen una enorme atención mundial cada año. Y afecta a una miríada de decisiones, sobre todo a los flujos de inversión.

Complementó esta calificación general con un análisis en profundidad de países y todo tipo de instituciones, desde empresas hasta federaciones deportivas. En los últimos años, Peter ha liderado los esfuerzos de toda la industria global para hacer que todos los arreglos existentes sean transparentes y avanzar hacia patrones mucho mejores. Estos van desde la Iniciativa de Transparencia de las Industrias Extractivas hasta una para la pesca.

La transparencia también ha sido una fuerza central que impulsa cambios en las políticas gubernamentales. Su primer éxito fue la Convención Antisoborno de la OCDE en 1997. Hoy, 41 países (con el 90 por ciento de las salidas de inversiones) han ratificado la convención. En 2003, siguió la Convención de la ONU contra la Corrupción. En 2014, solo los EE. UU. recaudaron 1560 millones de dólares en sanciones antisoborno.

El éxito de Peter en cambiar la mentalidad del mundo sobre la corrupción requirió la confianza profunda y de apoyo a los valores del espíritu empresarial de alto nivel. Y eso viene de raíces profundas.

Peter creció en Erlanger (cerca de Nuremberg) y comenzó aventuras a los 13, 17 y 19 años. A los 13, lideró a un grupo de siete amigos en una serie de exploraciones, incluida la instalación de sus tiendas de campaña en la cubierta de un barco que se dirigía a Ámsterdam. A los 17 fundó un club de jazz (y allí tocaba el clarinete). Perdieron su edificio dos veces, pero persistieron, tanto que su Strohalm Club florece allí hasta el día de hoy.

También era un ávido jinete. Para poder dedicarse al deporte a los 19, formó un club de equitación, inicialmente de diez amigos, y luego persuadió a un granjero próspero para que construyera establos y otras instalaciones basándose en parte en que su club asistía regularmente como clientes. En un año, el granjero tenía un nuevo negocio exitoso y Peter, a los 23 años, se convirtió en el director de la Asociación Nacional de Equitación.

Cuando se enfrentó al desafío de la corrupción, Peter supo en lo profundo de su ser que tenía el poder para enfrentarlo y ganar.